|
Obra de Nigel Cox |
He titulado el
artículo de hoy con un precioso verso de Paul Celan (1920-1970) alojado en
Elogio de la lejanía, un libro publicado en los años cincuenta del siglo pasado. Pertenece al poema Amapola y memoria:
«Yo
soy tú cuando yo soy yo
».
Frente al
hiperindividualismo molecular que exhorta a propuestas tan narcisistas y centrípetas como enamorarnos de nuestro yo, o casarnos con nosotros mismos para mostrar públicamente nuestros sentimientos de amor a nuestra subjetividad (ya existen bodas en las que el cónyuge declara ceremonialmente el
sí quiero nupcial a su propio ego ante los aplausos de los emocionados asistentes), el pensar no folclorizado entraña el estupor de
advertir de que dentro de nosotros no hay nada purgado de
otredad. Somos un biográfico nudo gordiano en el que la figura múltiple
y heterogénea del otro conforma el denso ensamblaje...
Artículos relacionados: