Obra de Nick Lepard |
Las palabras pueden ser poderosos
elementos violentos cuando se utilizan fuera del esquema de la ética discursiva
y sólo anhelan infligir daño en su destinatario. En la ética discursiva se
busca el entendimiento adheriéndonos al argumento mejor confeccionado sin que
nadie sufra lesión alguna por proponer nuevos argumentos que incluso refuten a
los expuestos con anterioridad. Cuando el lenguaje se esgrime y se empaqueta en un enunciado que trata de coaccionar en vez de persuadir y lograr
paisajes de convencimiento personal, cuando anhela hurtar la dignidad del
interlocutor, humillar, miniaturizar la autoestima del destinatario, mancillar el respeto que todos exigimos a nuestra persona, astillar el corazón, provocar paralizante
e inhibidor miedo, entonces el lenguaje muta en violencia verbal. Cuando
nos secuestra la violencia verbal somos capaces de arrojar por la boca lava
léxica que calcina todo lo que toca. O al revés. Somos incapaces de evitar que por nuestra garganta trepen barbaridades que nos deshumanizan nada más ser pronunciadas. No deja de ser curioso cómo la ligereza
con la que proferimos algunas palabras lacerantes es inversamente proporcional
a la irrevocabilidad de su recuerdo. Hay palabras lesivas que reverberarán encerradas
en las paredes del cerebro el resto de nuestra vida. Podremos amortiguar su
sonido hiriente, suavizar su brutal significado, mudarlas de contexto para intentar
convertirlas en otras más amables, pero no habrá posibilidad de silenciarlas, de conseguir
que la corrosión del olvido las extenúe, de ningunear su inquietante presencia pétrea. Hay palabras que duelen como una
cascada de puñetazos, pero perduran mucho más tiempo. A veces siempre. Siempre desagregándonos por dentro.
Artículos relacionados:
Violencia verbal invisible.
Humillar es humillarse.
Soy responsable de mis palabras, no de lo que los demás interpreten de ellas.
Artículos relacionados:
Violencia verbal invisible.
Humillar es humillarse.
Soy responsable de mis palabras, no de lo que los demás interpreten de ellas.