martes, abril 28, 2020

Infodemia: muchos virus al lado del virus


Obra de Serge Najjar
Estos días de pandemia y confinamiento han proliferado palabras y expresiones nuevas, o se han agregado con naturalidad a la conversación pública desde jergas especializadas, para poder así denotar realidades desprecintadas por vez primera en nuestras biografías. Por el espacio compartido desfilan covid-19, desescalada, deshibernación del estado de alarma social, desconfinamiento, desconfinar, aplastamiento de la curva de contagio, gel hidroalcohólico, casos asintomáticos, EPI (equipo de protección individual), microgotículas, disnea, fluidificadores, prueba serológica, inmunidad de grupo, distanciamiento social, mascarillas FFP1, FFP2 y FFP3, teletrabajo, infoxicación, coronavirus. La propia palabra coronavirus no figura en el diccionario, aunque la comunidad científica convive con ella desde hace unos años para referirse a una numerosa familia de virus. Es paradójico que la palabra que no está acurrucada en ninguna de las páginas del diccionario de la Real Academia sea la que más veces abandona ahora nuestros labios. De todas las nuevas palabras de este séquito mi favorita es el neologismo infodemia (infodemics en inglés). Significa una sobreabundancia de información que en vez de aportar claridad al asunto tratado le agrega confusión y desconcierto. La infodemia es una pandemia de infoxicación desplegada en tiempos vírico...


* Este texto aparece íntegramente en el libro editado en papel Acerca de nosotros mismos. Ensayos desde el confinamiento (Editorial CulBuks, 2020). Se puede adquirir aquí.

















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viernes, abril 24, 2020

¿Cómo sería el confinamiento sin Humanidades ni producción cultural?



Obra de Solly Smook
En la segunda semana del confinamiento se popularizó un meme en el que alguien recordaba que las asignaturas más desdeñadas en la oferta educativa, las peyorativamente nominadas como marías, eran las que ahora contrarrestaban la peligrosa desidia y la fácil ansiedad que provocan tanto la cuarentena como los vaticinios de lo que nos podemos encontrar cuando retornemos a la vida agregada posconoravirus. Lo que bajo la métrica de lo útil se arrincona en el periplo académico era lo que ahora actuaba como potente analgésico contra el dolor y el desconcierto de una situación nunca antes vivida. Citaba entre otras materias, la literatura, el dibujo, la música y la educación física. Cuando lo leí, pensé que en realidad se podría aseverar que gracias al conjunto de disciplinas que giran en torno al ser humano sobrellevamos con cierta templanza y alivio el régimen de cuarentena. Las Humanidades son nuestra áncora de salvación. Vemos películas, nos enganchamos a series, escuchamos discos, visitamos museos virtuales, leemos novelas, repensamos el mundo con la utilería filosófica (que estos días de hermenéutica sobre lo que está ocurriendo y sobre cómo se reorganizará la vida en común tras la deshibernación del estado de alarma social ha cobrado una centralidad inusitada), asistimos a pantallizadas obras de teatro, contemplamos cuadros, nos confraternizamos con poemas, nos explicamos con fotografías, acudimos a conferencias on line para reducir nuestro desconocimiento, entonamos tribalmente canciones que operan como himnos colectivos de resistencia. La reclusión nos ha arrojado a la empírica constatación...


* Este texto aparece íntegramente en el libro editado en papel Acerca de nosotros mismos. Ensayos desde el confinamiento (Editorial CulBuks, 2020). Se puede adquirir aquí.