Este verano me entrevistaron en el programa "De cero al infinito" de Onda Cero. Se trata de un magazine que se emite en todas las emisoras de la cadena. Charlamos sobre el manual "La educación es cosa de todos, incluido tú" (ver web del libro). Como siempre, en vez de promocionar las bondades del libro me lié a hablar de lo humano y lo divino. Eslaboné temas variopintos: la suerte que tenemos todos de ser personas, que hemos inyectado volubilidad a nuestras biografías al soslayar parcialmente el sino biológico, lo que nos hace poseedores de dignidad, que deberíamos exigirnos apuntalar una ética de mínimos (escenarios de justicia social) para que emerja una ética de máximos (la felicidad individual, que a cada uno compete rellenarla con lo que considere más relevante para él). Imagino que en mi editorial están enfadados. El programa se emitía para toda España y ni cité quién publica el libro, ni dónde se puede adquirir, ni qué hay exactamente en sus páginas que lo pueda hacer atractivo a los lectores. Un desastre de diez minutos que comparto con cualquiera que desee escucharlo. Basta con clikear aquí.
Un lugar interdisciplinario para el análisis de las interacciones humanas. Por Valle Bilbao.
jueves, septiembre 11, 2014
lunes, septiembre 08, 2014
La confianza, ¿pero eso qué es?
Óleo de Marc Torne |
La confianza consiste en
depositar en la conducta del otro una expectativa que creemos que no va
frustrar. Se trata de un ejercicio anticipatorio en el que presuponemos un curso de acción en otra persona congruente con su discurso y sus hechos. Es una cuestión de creencia, de fe laica, de tener la seguridad de que lo que va a
acontecer después en el comportamiento del otro será más o menos parecido a lo
que hemos imaginado antes. Cursa con la esperanza, con el deseo de que lo que ocurra luego reproduzca fuera de nuestra cabeza lo que estamos ficcionando dentro de ella ahora. La confianza dialoga con el porvenir permanentemente, porque aquello en lo que confiamos del otro siempre se empadrona en el futuro. Muchas veces utilizamos una de las acepciones de la palabra confianza en
contextos en los que sin embargo está erróneamente empleada. En su
sentido más prístino, para que haya confianza entre dos o más individuos han de concurrir simultáneamente varios elementos: que una persona se
relacione con otra y esa relación esté apoyada en el trasvase
de información relevante, que se produzca una actividad vinculante
que conlleve un riesgo, y que la conducta de una de las partes
escape al control de la otra pero le impacte directamente. Si no se dan estas
variables, en una relación con los demás habrá otras cosas, pero no confianza. No al menos como expectativa firme que inflige pérdidas o daño en caso de quebrarse.
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