Este
mediodía he impartido la conferencia "El diálogo como única fórmula de
progreso" en las Jornadas de Mediación de la Universidad Pablo de
Olavide de Sevilla. En mi intervención me propuse lo siguiente: que los
asistentes supieran menos al salir que
al entrar. No sé si lo he logrado. Lo que sí he conseguido es demostrar
que la palabra y el diálogo como estructura de la acción comunicativa es
la única fórmula para solucionar divergencias y construir espacios
compartidos más prósperos. Sólo podemos alcanzar la solución a nuestras diferencias con la participación educada de la palabra. La fuerza o su denegeración la violencia podrán terminar un conflicto, sí, pero están inhabilitadas para solucionarlo. La solución es patrimonio exclusivo de aquellos argumentos bien confeccionados y compartidos por interlocutores que aceptan un protocolo para que pueda brotar el ímpetu transformador de la argumentación. Ojalá pronto nos volvamos a ver. Un abrazo a
los que me habéis prestado tanta y tan reconfortante atención.