viernes, marzo 20, 2020

Nostalgia de abrazos de verdad


Obra de Daniel Coves
Estos días de excepcionalidad y confinamiento hogareño se habla mucho en la comunidad digital de los abrazos y de la punzada de nostalgia y aflicción que supone no poder darlos. He leído a gente muy afligida por no poder tocar a sus seres queridos. A mí me conmovió especialmente el comentario que hizo una amable lectora de Navarra al artículo del martes pasado cuando, después de compartir conmigo su apreciación del texto, me envió: «Un abrazo inmenso, ahora que tanto los echamos de menos». A pesar de que el abrazo era declarativo, prometo que me emocionó y lo sentí como si en vez de lingüístico fuera táctil. También me gustó mucho la expresión de otra lectora que diferenciaba el abrazo que nos mandamos en los mensajes o en los comentarios del «abrazo de verdad». Cuánta antropología alberga esa expresión. No es que los abrazos que nos dirigimos sean falaces, es que el cuerpo ha sido expulsado de esa celebración, y sin cuerpo no hay abrazo, no abrazo de verdad. El mundo pantallizado es el que ahora nos permite al menos contacto ocular, ver a los otros tras el cristal luminoso, pero la digitalización...



* Este texto aparece íntegramente en el libro editao en papel Acerca de nosotros mismos. Ensayos desde el confinamiento (Editorial CulBuks, 2020). Se puede adquirir aquí.

















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