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viernes, mayo 08, 2020

No estamos en un cuerpo, somos un cuerpo (despedida)



Obra de Richard Kuhn
Este es el último texto que escribiré y publicaré en lo que bauticé hace dos lunas como los viernes de confinamiento. Fue una medida que tomé para estructurar y pautar mis días, relacionarme de una manera más especular y creativa con la recién desprecintada e inédita cuarentena. Además de publicar los martes, como vengo haciendo desde la inauguración de este Espacio Suma NO Cero, adopté la decisión de incorporar también los viernes, un día no elegido arbitrariamente sino como entrada a los días del fin de semana en contraposición a los del resto. Era una táctica de eje referencial para combatir la uniformidad aplastante de un confinamiento que intuía iba a convertir todos los días en una voluminosa masa de tiempo clonado. Decidí que en vez de escribir sobre el nicho temático del confinamiento con el confinamiento periclitado, era más honesto hacerlo en tiempo real para evitar así interpretaciones que probablemente nacerían muy sesgadas por el concurso de la peligrosísima desviación retrospectiva. Solemos evaluar acontecimientos pretéritos utilizando la información que poseemos ahora, pero que era del todo inexistente cuando el instante evaluado estaba acaeciendo. Así germinaron poco a poco los artículos de los viernes que hoy clausuro con este nuevo artefacto textual..





* Este texto aparece íntegramente en el libro editado en papel Acerca de nosotros mismos. Ensayos desde el confinamiento (Editorial CulBuks, 2020). Se puede adquirir aquí.


















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viernes, abril 24, 2020

¿Cómo sería el confinamiento sin Humanidades ni producción cultural?



Obra de Solly Smook
En la segunda semana del confinamiento se popularizó un meme en el que alguien recordaba que las asignaturas más desdeñadas en la oferta educativa, las peyorativamente nominadas como marías, eran las que ahora contrarrestaban la peligrosa desidia y la fácil ansiedad que provocan tanto la cuarentena como los vaticinios de lo que nos podemos encontrar cuando retornemos a la vida agregada posconoravirus. Lo que bajo la métrica de lo útil se arrincona en el periplo académico era lo que ahora actuaba como potente analgésico contra el dolor y el desconcierto de una situación nunca antes vivida. Citaba entre otras materias, la literatura, el dibujo, la música y la educación física. Cuando lo leí, pensé que en realidad se podría aseverar que gracias al conjunto de disciplinas que giran en torno al ser humano sobrellevamos con cierta templanza y alivio el régimen de cuarentena. Las Humanidades son nuestra áncora de salvación. Vemos películas, nos enganchamos a series, escuchamos discos, visitamos museos virtuales, leemos novelas, repensamos el mundo con la utilería filosófica (que estos días de hermenéutica sobre lo que está ocurriendo y sobre cómo se reorganizará la vida en común tras la deshibernación del estado de alarma social ha cobrado una centralidad inusitada), asistimos a pantallizadas obras de teatro, contemplamos cuadros, nos confraternizamos con poemas, nos explicamos con fotografías, acudimos a conferencias on line para reducir nuestro desconocimiento, entonamos tribalmente canciones que operan como himnos colectivos de resistencia. La reclusión nos ha arrojado a la empírica constatación...


* Este texto aparece íntegramente en el libro editado en papel Acerca de nosotros mismos. Ensayos desde el confinamiento (Editorial CulBuks, 2020). Se puede adquirir aquí.