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Obra de Richard Kuhn |
Este es el último texto
que escribiré y publicaré en lo que bauticé hace dos lunas como los viernes de
confinamiento. Fue una medida que tomé para estructurar y pautar mis días,
relacionarme de una manera más especular y creativa con la recién desprecintada e inédita cuarentena. Además
de publicar los martes, como vengo haciendo desde la inauguración de este
Espacio Suma NO Cero, adopté la decisión de incorporar también los viernes, un
día no elegido arbitrariamente sino como entrada a los días del fin de semana
en contraposición a los del resto. Era una táctica de eje referencial para combatir la
uniformidad aplastante de un confinamiento que intuía iba a convertir todos los
días en una voluminosa masa de tiempo clonado. Decidí que en vez de escribir
sobre el nicho temático del confinamiento con el confinamiento periclitado, era más honesto hacerlo
en tiempo real para evitar así interpretaciones que probablemente nacerían muy
sesgadas por el concurso de la peligrosísima desviación retrospectiva. Solemos evaluar acontecimientos
pretéritos utilizando la información que poseemos ahora, pero que era del todo
inexistente cuando el instante evaluado estaba acaeciendo. Así germinaron poco a poco los artículos de
los viernes que hoy clausuro con este nuevo artefacto textual..
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