viernes, mayo 08, 2020

No estamos en un cuerpo, somos un cuerpo (despedida)



Obra de Richard Kuhn
Este es el último texto que escribiré y publicaré en lo que bauticé hace dos lunas como los viernes de confinamiento. Fue una medida que tomé para estructurar y pautar mis días, relacionarme de una manera más especular y creativa con la recién desprecintada e inédita cuarentena. Además de publicar los martes, como vengo haciendo desde la inauguración de este Espacio Suma NO Cero, adopté la decisión de incorporar también los viernes, un día no elegido arbitrariamente sino como entrada a los días del fin de semana en contraposición a los del resto. Era una táctica de eje referencial para combatir la uniformidad aplastante de un confinamiento que intuía iba a convertir todos los días en una voluminosa masa de tiempo clonado. Decidí que en vez de escribir sobre el nicho temático del confinamiento con el confinamiento periclitado, era más honesto hacerlo en tiempo real para evitar así interpretaciones que probablemente nacerían muy sesgadas por el concurso de la peligrosísima desviación retrospectiva. Solemos evaluar acontecimientos pretéritos utilizando la información que poseemos ahora, pero que era del todo inexistente cuando el instante evaluado estaba acaeciendo. Así germinaron poco a poco los artículos de los viernes que hoy clausuro con este nuevo artefacto textual..





* Este texto aparece íntegramente en el libro editado en papel Acerca de nosotros mismos. Ensayos desde el confinamiento (Editorial CulBuks, 2020). Se puede adquirir aquí.


















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martes, mayo 05, 2020

Prácticas sanadoras: estar en silencio, leer, caminar



Obra de Nigel Cox
A finales de febrero escribí un artículo sobre diferentes prácticas de transgresión. El artículo fue muy bien acogido, se compartió por la comunidad del me gusta varios miles de veces y se diseminó en una explosión de garabateadas trayectorias por el ultramundo digital. Me llamó mucho la atención la arraigada identificación de las lectoras y los lectores con las prácticas que calificaba de transgresoras y disidentes. No consistían en acciones directas en las que te juegas una multa o una detención, ni en acudir a concentraciones ni a manifestaciones que guardan peligro, ni en secundar huelgas en las que arriesgas ingresos o empleo, ni en hacer proselitismo activista en las redes sociales. Las prácticas que citaba en el artículo  consistían en caminar, leer y estar en silencio. No es que las prácticas reseñadas antes no sean necesarias, que lo son, es que creo que se desemboca en ellas con unos afectos más permeables y con más membrana comunitaria si uno frecuenta a menudo estas otras tres actividades. Hubo gente que me escribió dándome las gracias por explicar cosas que ya hacían y sentían, pero que les resultaban difíciles de verbalizar y de defender con interlocutores que reducen la vida a un áspero libro de contabilidad... 

 
* Este texto aparece  íntegramente en el libro editado en papel Acerca de nosotros mismos. Ensayos desde el confinamiento (Editorial CulBuks, 2020). Se puede adquirir aquí.














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Dime cómo tratan tu dignidad y te diré cuáles son tus sentimientos. 
Para ser persona hay que ser ciudadano.